El pasado 26 de julio, vivimos un encuentro profundamente espiritual en nuestra Jornada de Oración en Villavicencio. En un ambiente de recogimiento y fe, nos unimos como comunidad para alabar, agradecer y poner en manos de la Virgen María y de su Hijo Jesús nuestras intenciones y necesidades. La Eucaristía fue el corazón de este encuentro, donde cada oración se convirtió en un puente que nos acercó más a Dios.

La presencia de los fieles, unidos en un mismo espíritu, llenó el lugar de alegría y esperanza. La imagen de la Reina de la Paz acompañó nuestras plegarias, recordándonos que Ella siempre nos guía hacia su Hijo. Agradecemos de corazón a todos quienes participaron y apoyaron esta jornada, que nos motiva a seguir peregrinando juntos en la fe y en la misión que el Señor nos confía.

